El Reto

LA POBREZA ENERGÉTICA RURAL

La pobreza energética es falta de acceso a los servicios energéticos. Estos servicios son: iluminación, preparación de alimentos, calefacción, refrigeración, comunicaciones, fuerza motriz para alguna actividad productiva, entre los principales. En el Perú la magnitud de esta pobreza energética se apreciar en las cifras siguientes:

Falta de electricidad:

En el 2022 existían 1.1 millones de pobladores rurales sin acceso a la electricidad (Banco Mundial, INEI)

Esta carencia afecta no solamente los hogares, sinó también instituciones fundamentales como centros de salud, escuelas y otras. La población rural en localidades de centros poblados aislados y poco poblados es la más afectada.

Uso de energías contaminantes e ineficientes para la preparación de alimentos:

En el 2018 existían 5 millones de personas haciendo uso de combustibles y tecnologías tradicionales y contaminantes (principalmente leña) para la preparación de sus alimentos. (Banco Mundial)

El consumo de leña mediante sistemas ineficientes y contaminantes no es solamente negativo desde el punto de vista de la salud (sobre todo de los niños y las mujeres dentro del hogar) sino también desde el punto de vista ambiental, por la deforestación que implica.

Desprotección frente al frío extremo:

Existen 600 mil personas viviendo en hogares en centros poblados ubicados en zonas de ocurrencia de heladas (PCM, 2019)

Estas heladas se presentan cuando la temperatura desciende por debajo de los 0C. Afectan severamente a los pobladores rurales ya que sus viviendas no están preparadas térmicamente para atenuar sus impactos; causan además daños a sus medios de vida (ganado y agricultura).

LA POBREZA
HÍDRICA

La falta de acceso a agua potable y saneamiento en diversas regiones, especialmente en áreas rurales y de la sierra, afecta la salud, la calidad de vida y el desarrollo económico de las comunidades

Falta de acceso al agua potable:

1.7 millones de personas no tienen acceso a una red pública de agua. Deben usar para su consumo el agua de pozos, ríos, acequias, manantiales o similares (2020)

El acceso de la población nativa en la selva y los asentamientos dispersos en la zona andina es aún menor que el promedio señalado: alrededor del 80% de la población nativa amazónica no cuenta con agua potable dentro de su vivienda y el 93% no cuenta con desagüe dentro de su vivienda

Mala calidad del agua

Solamente el 3 % de la población rural (2020). tiene acceso a agua con el nivel adecuado de tratamiento (cloración)

Para que pueda consumirse de una manera segura, el agua debe ser de una calidad apta para el consumo humano. Hay efectos muy negativos por el consumo de agua no segura sobre todo para la salud de la población infantil (enfermedades estomacales y consiguiente desnutrición). Ello tiene consecuencias de largo plazo en el desarrollo de las personas afectadas.

Carencia de servicios de saneamiento

En el 2020 un total de 4.8 millones de habitantes rurales no tenían sistemas de eliminación de excretas mediante alcantarillas (desagüe).

Las instalaciones que usa esta población son principalmente pozos ciegos, pozo séptico y, en el caso extremo, 1.4 millones de personas practican la defecación al aire libre, es decir que no emplean ningún sistema sanitario.

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